En el año 1485, la ciudad de Zaragoza fue el escenario de uno de los crímenes más espantosos de su historia: mientras rezaba en la catedral, un monje dominico fue degollado a sangre fría por un grupo de sicarios armados con puñales. El monje quedó tendido frente al altar mayor, ahogándose en su propia sangre mientras los asesinos huían a la carrera para salvar el pellejo. La ciudad quedó conmocionada y no era para menos: acababan de matar a Pedro de Arbués, el máximo representante de la Santa Inquisición en Aragón.
Nuestra historia comienza preguntándonos por la identidad y las razones de una de las personas que asesinó al sumo inquisidor: Diego. Diego de Sevilla, antes conocido como Uriel, el hijo del zapatero. Un judío, un infiel, un marrano, cuya vida da un vuelco cuando la intolerancia religiosa y el fanatismo le arrebatan de un plumazo todo lo que tenía, obligándolo a renunciar a su fe, a su mundo y a su propia familia. Os invitamos a descubrir la historia real, sencilla y pequeña de un hombre sencillo y pequeño que vivió en primera persona uno de los episodios más terribles de nuestra historia como país: la expulsión de los judíos.
Marrano, un cuento de La Inquisición es una apología de la diversidad cultural y un espectáculo de evasión en el que recurrimos al pasado para entender el presente. Creemos que es un momento propicio para hablar de los marranos, una minoría perseguida por La Inquisición, en un momento en el que son muy frecuentes los discursos de odio contra las minorías.
A pesar de reconstruir un hecho histórico lejano, Marrano, un cuento de La Inquisición no es un ejercicio de arqueología. Con el objetivo de acercar lo clásico al espectador del siglo XXI, LaPercha Teatro utiliza el lenguaje de narrador-mimador, en el que la trama fluye de manera dinámica y atrapante. Una pieza cuya base es el trabajo gestual y la mímica, con presencia en todo momento de la palabra, la música y el teatro de objetos. A lo largo del espectáculo, los cinco actores representan más de veinte personajes.
Con el fin de reconstruir el ambiente, el espíritu y la atmósfera de la cultura judía en aquella época, se cantan e interpretan antiguas melodías sefardíes y rezos hebreos. Además, inspirándonos en el concepto de “espacio vacío” de Peter Brook, reproducimos en directo los sonidos de la acción mimada: el crepitar del fuego, el martillo que golpea un clavo, la puerta que se cierra, el viento de la calle…